De conflictos laborales "inesperados"
Los conflictos laborales inesperados no sólo generan costos económicos, sino que afectan la toma de decisiones, la planificación estratégica y el clima organizacional. Un enfoque preventivo puede proteger a tu empresa de riesgos innecesarios y garantizar la estabilidad.
Daniel Herlein
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En la gestión empresarial, pocos eventos generan más incertidumbre que un conflicto laboral inesperado.
Inmediatamente, solemos asociarlo con los costos directos que eventualmente podría generar como el pago de indemnizaciones o sanciones.
El “¿cuanto?” se apodera de todo el análisis.
Sin embargo, sus efectos van mucho más allá de las eventuales pérdidas económicas ya que impacta en aspectos menos visibles - pero no por ello menos importantes - como la toma de decisiones, la planificación estratégica y la pérdida de enfoque en el negocio.
En el plano personal, estas situaciones generan ansiedad, frustración y enojo que pueden llegar a afectar las relaciones personales del empresario o empleador y, en no pocas ocasiones, su salud física y mental.
Ahora bien, la mayoría de los conflictos en el ámbito laboral son previsibles, y con la adecuada gestión pueden mitigarse o evitarse por completo.
Rara vez un conflicto surge de manera espontánea, de un día para otro. Es común que tengan un período de incubación que se manifieste en pequeños desencuentros, insatisfacciones no expresadas o problemas aparentemente menores, que de haber sido detectados y encauzados, se hubiera evitado que escalen.
Con esto en mente, tal vez sea una opción comenzar a incluir en el análisis otras preguntas relacionadas con detectar las fuentes del conflicto y la manera de abordarlo en el futuro.
La Prevención como activo
La gestión de un conflicto no previsto siempre será una gestión reactiva.
Esta gestión reactiva, aunque necesaria en casos de urgencia, implica responder tomando decisiones condicionadas por un contexto de presión e incertidumbre. Este enfoque no solo resulta desgastante, sino que puede generar soluciones incompletas o costosas.
En un entorno laboral marcado por cambios vertiginosos, nuevas regulaciones que dejan más dudas que certezas y demandas sociales crecientes, no basta con reaccionar ante los desafíos que plantean las relaciones laborales.
Se hace necesario un enfoque proactivo con miras a identificar, evaluar y gestionar riesgos antes de que se conviertan en problemas reales.
Esta capacidad de prevenir, puede marcar la diferencia entre la sorpresa por un conflicto “inesperado” y la gestión consciente e informada de ciertos riesgos. En esencia, no se trata de esperar que las cosas pasen, sino de tomarlas en nuestras manos, crear escenarios más previsibles y seguros, y garantizar decisiones claras e informadas.
¿Por dónde comenzar? cumplimiento: el primer peldaño
En muchas ocasiones, las normativas laborales pueden ser percibidas como una cuestión secundaria o un aspecto meramente administrativo, lo que lleva a que no siempre se les otorgue la relevancia que tienen - especialmente en orden a las consecuencias de su incumplimiento-.
Obviamente que esto no se debe a una falta de interés por parte de los empresarios o empleadores, sino a que su atención está naturalmente enfocada en las múltiples responsabilidades que implican gestionar y hacer crecer su negocio.
Por otro lado, no son pocas las organizaciones donde la tarea de garantizar el cumplimiento o, el diseño y la adecuación de políticas y procedimientos para que cumplan con la ley, recae en áreas de Recursos Humanos. Sin embargo, quienes gestionan éstas áreas enfrentan en el día a día una multiplicidad de tareas y responsabilidades que les dificulta dar prioridad exclusiva al cumplimiento legal. Además, no siempre cuentan con los conocimientos técnico - jurídicos necesarios para anticipar las posibles consecuencias que podría acarrear un incumplimiento, por más mínimo que sea.
Esta falta de priorización, de capacitación específica y de un seguimiento idóneo en las cuestiones referidas al cumplimiento normativo puede convertirse en el origen de conflictos laborales.
Este escenario se agrava en la actualidad si tenemos en cuenta la reciente reforma laboral en nuestro país, donde si bien se intenta modernizar y desregular un sistema anclado en el pasado, la falta de claridad y la discutible constitucionalidad de algunas de sus normas hacen prever interpretaciones judiciales adversas y un aumento de la litigiosidad.
Debemos aceptar e incorporar la idea de que el cumplimiento adecuado del marco legal vigente es la base para una prevención efectiva de conflictos.
En este sentido, contar con información legal calificada para tomar decisiones y contar con equipos capacitados y actualizados no es opcional. Es una necesidad estratégica en un entorno empresarial cada vez más dinámico y desafiante.
Vivimos en una época dominada por la novedad, donde la actualización y la capacitación continua ha dejado de ser una ventaja competitiva para transformarse en un requisito indispensable para prevenir riesgos y construir organizaciones sostenibles.
La necesidad de información calificada
En un contexto donde la economía ha evolucionado hacia una lógica de “nichos”, caracterizada por la especialización y la atención de necesidades específicas, la prestación de servicios profesionales también se ha transformado.
En el ámbito del derecho laboral, no podemos pasar por alto que, incluso dentro de un mismo marco legal, cada industria o segmento de mercado enfrenta desafíos particulares, determinados por las características específicas de su actividad.
Factores como las regulaciones propias de cada sector, la composición de la fuerza laboral (en términos de edad, expectativas generacionales, nivel educativo, experiencia y diversidad cultural) y los riesgos inherentes a cada tipo de actividad, hacen necesario un asesoramiento especializado que contemple no solo el marco normativo general, sino que integre herramientas como el análisis de riesgos, la implementación de mecanismos de autorregulación (como políticas internas, códigos de conducta y procedimientos claros), y la capacidad de diseñar estrategias alineadas con la singularidad de cada organización.
En conclusión, en miras de prevenir conflicto laborales, el cumplimiento normativo es fundamental, y para ello las organizaciones necesitan contar con aliados estratégicos que comprendan a fondo las particularidades del marco legal, estén actualizados respecto de los constantes cambios regulatorios y puedan ofrecer soluciones personalizadas que permitan minimizar los riesgos o, en su caso, asumirlos de forma consciente.
